
Domingo por la noche sueñas que eres la criada de tu madre y de tus hermanastras, que te invitan a un baile y no te dejan ir. Lunes por la noche, sueñas que te pierdes en un bosque y una bruja te envenena y caes en un profundo sueño. Martes por la noche sueñas que todos tus hermanitos son guapos excepto tu y te escapas. Miércoles por la noche, sueñas que un lobo te engaña y que se come a tu abuela y a ti. Jueves por la noche sueñas que tienes que pasar toda tu vida al lado de una bestia y tu padre está muy enfermo. Viernes por la noche, sueñas que una bruja encierra a tu hermano en una jaula para comérselo y tu tienes que hacer las tareas de la casa. Sábado por la noche sueñas que un lobo destroza tu casa y te intenta comer. Pero al final de todos eses sueños tienen una parte feliz: el domingo te dejan ir al baile y encuentras a tu príncipe azul; el lunes un caballero te despierta; el martes te conviertes en un precioso cisne; el miércoles un cazador te salva; el jueves la bestia con la que vives se convierte en un encantador príncipe; el viernes matas a la bruja y salvas a tu hermano y el sábado el lobo muere gracias a tu hermano.
De repente te despiertas por la mañana, y sabes que solo es un sueño, que por mucho que esperes no va a aparecer tu príncipe azul ni tu caballero, que no te vas a convertir en un precioso cisne, que el cazador no te va a salvar, que la bestia va a seguir siendo un monstruo feo, que no vas a salvar a tu hermano y que el lobo te va a comer.
Pero aunque solo sea un sueño... mantienes tu esperanza.
Cuanta razón tienes, pero como dices tú, hay que mantener la esperanza :)
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